domingo, 24 de julio de 2011

Cangrejos y cocochas, pero cangrejos.

Después de breve punto muerto durante los primeros días de julio, y tras la  tormenta de júbilo de Las Puertas Abiertas, la Cuadrilla de los Viernes, con puntualidad y hábitos casi cartujos, volvió a las andadas gastronómicas. Pero primero, como siempre, el tiempo: "Esto ni es verano ni dios que lo ha fundao. No sé quién sería el desgarramantas que pronosticó, para los meses de junio y julio, tres y hasta cuatro grados más de media, menudo inútil. Nada de nada, fresquito tirando a rasca".
Vista exterior del Refectorio de la Cuadrilla de los Viernes, al fondo Logroño, lo que nosotros llamamos "la bahía".
En ocasiones una imagen vale que más que mil palabras. Bueno, pues yo creo que ésta vale por cien mil palabras.
Como ya habrán comprobado los amigos que visitan más asiduamente nuestro blog, lo nuestro es cíclico, lo digo porque le tocaba la cena a Fausti, y como viene siendo tradición tuvimos cangrejitos y cocochas. Sin embargo cada cena de cangrejos y cocochas es distinta, y yo tengo que decir que los crustáceos estaban... cómo decirlo. A ver, voy a buscar varios adjetivos atributivos para tratar de describir acertadamente cómo estaban. Denme tiempo. Los cangrejos estaban… deliciosos, exquisitos, sublimes, soberbios, insuperables, nobilísimos, en una palabra, inefables. Pero también picantes y hasta casi sicalípticos, ¡qué manera de chupar, amigos! Y qué manera de soplar, cómo picaba esa divina salsita deleitosamente envenenada con chiles. Fuego en la lengua, fuego en los paladares. Santo incendio extinguido con generosas copas de vino y más vino, vino fresco, tinto, afrutadito…  en fin, menuda comunión, menudos sacramentos, amigos. 
Los cofrades y los invitados en plena armonía y dando vado al postre. En el centro de la mesa las dos tarteras con los restos del naufragio.

Para postre melón y luego helado. Más completo imposible, sólo nos faltaron los calamares a la romana para parecer una de esas geniales bodas de los setenta y primeros ochenta. Como las que se daban en Alberite y Albelda. Cuando se troceaban la liga y la corbata de los insensatos, se besaban los padrinos, al cura le daban la major tajada, etc. Luego ya, nos volvimos finos y se jodió.
Como ya he dicho, Rubén y Eduardo nos acompañaron en la cena. También vino Miguel, que no es la primera vez que nos visita. Sobre estas líneas la foto de familia.

La luna, gran amiga de la Cuadrilla de los Viernes, siempre fiel a la cita. Qué guapa estás, cabrona.
Después llegó el consabido descenso al Azalea. El no menos tradicional atornillamiento al taburete y la conversación, que se dilató hasta las seis de la mañana.
Querido ciberlector, tal vez no sepas todavía que detrás del Azalea se puede contemplar una de las pocas estampas típicamente rurales que quedan en Villamediana. Para mí, una de las más bonitas vistas de la torre de la iglesia. En la parte inferior yo pasaba en tiempos el pepinillo (cuando los veranos eran calurosos y ponían cine en la plaza), donde Cristino y la Goya, que tuvieron zaranda muchos años.
No duden en ampliar la foto y verán cómo las pobres cigüeñas, peladas de frío, miran hacia el sur. No me extraña.
Vaya ratos, amigos, vaya ratos. Bueno, al final nos quedamos Juanan y quien escribe. Se entonó la Marsellesa y nos fuimos a casa convertidos casi en dos espectros.
"Allons enfants de la patrie, le jour de gloire est arrivé"
Estáis todos bendecidos, caros amigos.
Un saludo de la Cuadrilla de los Viernes.

martes, 19 de julio de 2011

Bravo por la ORB

EL domingo 17 de julio tuvo lugar en Villamediana uno de los acontecimientos más esperados por los amantes de la fiesta, la Jornada de Puertas Abiertas. Esto en realidad, para quien conoce las bodegas, puede parecer una contradicción, pues lo que se celebra es que los calaos abren sus puertas para que la gente pueda visitarlos, contemplarlos, disfrutarlos y catar los caldos que reposan en su interior. Digo esto porque cualquiera que sepa cómo funcionan las bodegas de nuestro pueblo, a nivel social y de relaciones, sabrá que todos los días son jornadas de puertas abiertas, pero, bueno, dejémonos de rollos y vayamos a la crónica. 
Antonio y unas chicas de Navarra.
La mañana se presentó en esta cuarta edición, creo que por primera vez, nublada. Aunque esto no fue óbice para que la gente se animara, acudiera en masa a la cita y se batiera una vez más el récord de participación. Bien es cierto que en el exterior el ambiente se fue caldeando poco a poco.  Fue como si el chupinazo de comienzo hubiera espantado a las nubes, provocando un pequeño anticiclón sobre Villamediana. Sin embargo todo esto daba igual, porque frentes de bajas presiones avanzaban por todas las bodegas, por sus cuevas y recuevas, de modo que todos acabamos sumidos en una espesa niebla que afortunadamente nos impedía ver desde la cordura, elevándonos a un estado mágico difícil de describir. "Nada de molinos, son gigantes", y todo esto sin ácidos lisérgicos ni novelas de caballerías, sólo gracias a la ingesta incontrolada de vino, de buen vino, eso sí.
Querido, ciberlector, Mauri, el hombre cuya bodega (según las malas lenguas) todavía tiene tufo, brinda por ti. Salud.

En los primeros compases de la mañana, la gente de organización no desaprovecha el momento para dar algún consejo: "no te dejes llenar mucho las copas y ve por la sombra".

Manolo, Julio y César fueron los encargados de repartir las copas y los inservibles tiques.
Pablo Amestoy, a la izquierda, junto a Pablo Amestoy, a la derecha. No, no estoy borracho. 
No tengo palabras.
No pierdan detalle del concurrido aspecto de El Rincón.
¡Fiesta!

En mitad de la nube, de esa nube tan especial que tan nítidamente nos permitía hacer las fotos, todos pasamos por las diferentes fases, a saber: el diálogo controlado, el diálogo incontrolado, la hojarasca palabrera, la amistad, y la exaltación de la amistad.
Ejemplo de exaltación de la amistad:
"Eh, tío, yo a ti te conozco, pero ahora no caigo” (y resulta que es tu vecino, ese que no te dice ni buenos días en la escalera, ni te sigue el rollo cuando hablas del tiempo en el ascensor), pero de pronto lo abrazas y lo invitas a llamar al 1º D cuando quiera, y el otro responde, “Sí, hombre sí, ya llevaré jamón y vino, y montamos una merienda”, y tú, “cojonudo, vecino, pero el vino lo pongo yo”, jajajaja, risas-un abrazo, jajajaja, risas-dosabrazos. De pronto te dice, mira te presento a mi mujer, y entonces con absoluto descaro te fijas en sus tetas (las mismas que cada día miras con discreción y disimulo en el ascensor) y no te das cuenta del descaro, ni tu vecino, sólo ella, pero no tiene tiempo para reprochártelo con la mirada... ninguno de los dos sois conscientes de que la mujer del vecino sólo tiene ojos para el tipo de la camisa, la única camisa que parece recién planchada, el mismo tipo que al pasar a su lado (el de ella, claro), ha perfumado la recueva”.
Es sólo un ejemplo, cualquier parecido con la realidad es pura casualidad, ¿o sí?


Sergio con la Cuadrilla, tres o cuatro vinos antes de entrar en la fase de exaltación de la amistad. Arriba, Javi, con un clásico de la ORB, Félix.
Las sonrisas son imborrables. Nuria, ¿por qué llevas gafas de sol?, ¿por la niebla, acaso?

Curiosamente el vino también desactiva el freno de la prudencia, de tal manera que Juanan, Javi y Juanito se debieron creer los niños cantores de Viena, y ahí los tienen, entonando el Carmina Burana, y a capela; con dos cojones.

Escena de El Ricón, Pepino brinda. A la izquierda típica imagen de exaltación de amistad.




La gente joven sumida en la niebla. Como ven, lejos de la desesperación, sólo se percibe alegría.


Que no falten las risas, risas a gogo. Viva la amistad.
Las jornadas acabaron oficialmente a las tres y media, pero oficiosamente duraron incluso hasta la caída del sol. La fiesta fue impresionante. Como verán en las siguientes imágenes los asistentes al evento no se querían ir, o no se podían ir.

Había que cerrar las puertas, pero la gente, alienada por los efectos del vino, estaba dispuesta a dejarse cortar por la mitad con tal de que la fiesta no acabara, con tal de que esa mágica niebla no se disipara. Todos querían seguir en ese estado de subterránea felicidad, incluido aquel que a primera hora de la mañana me daba consejos, ¿lo rercuerdan? "no te dejes llenar mucho las copas y ve por la sombra". Un saludo para Tejero.
De lo que ocurrió después en la superficie hay más fotos, pero casi todas ellas atentan contra el decoro y la recta urbanidad, así que la organación gestora del blog, dirigida única y exclusivamente por los Cofrades de la Cuadrilla, ha decidido no publicarlas. Como ya saben, nuestros impulsos exhibicionistas son todavía mucho menores que su mórbida pulsión voyeurista. Así que nada, disfruten de lo que se ve y olvídense de lo que no se ve. Si les sigue picando la curiosidad, ya saben, el próximo año vengan a Villamediana. Tercer domingo de julio.
Antes de cerrar el artículo hay que transmitir la más encomiástica y sincera de las felicitaciones, una vez más, a la ORB, porque ha consolidado una iniciativa, “las  jornadas de puertas abiertas”, que es ya un clásico, como lo es también "el certamen de cosecheros de abril". Todo ello impulsado desde la ilusión y el empeño de gente que ama la cultura del vino, la tradición bodeguera social, y que defiende la alegría frente al acoso de la rutina. 
Enhorabuena y felicidades.
Un saludo de la Cuadrilla de los Viernes.

Estáis todos bendecidos.

viernes, 1 de julio de 2011

Vuelta A Mojón Alto en BTT

47.62 km.

Como bien es sabido, desde estas páginas se describen grandes cenas, comilonas y bacanales realizadas por los cofrades de este blog, pero hay algún que otro que también le pega a la bici (Pedro y Javi), a correr (Aitor)y al deporte rural – véase levantamiento de fardos, de sacos de cebada, etc…(Fausti), los demás cofrades creo que intentan y tienen muy buenas intenciones pero ……aunque han practicado mucho en sus tiempos jóvenes.
El viernes pasado no pude estar en la cena, me trasladé a Brieva de Cameros y aproveche para hacer esta ruta que tenía en mente ya hace tiempo.


Salgo del pueblo para subir hasta Peña Hincada (1412m.)por carretera  para seguir subiendo por pista hasta la cota (1700m.) donde se contemplan unas vistas esplendidas de la zona de Urbión, Cebollera, etc… una vez allí continuo por la misma pista que desemboca en el gran cortafuegos de Mojón Alto, para seguir por el hasta la portilla que hay en la valla jurisdiccional de Ortigosa y Montenegro, que está justo en la vaguada que hace el cortafuegos,  la cruzo y voy campo a través unos 50m. dirección hacia la pista que está un poco más abajo dirección sur.


Una vez en la pista, tiro dirección Este, paro en una fuente que hay a la Izda. del camino, unas fotos y continuo hasta cruzar un paso canadiense que hay para entrar en jurisdicción de Villoslada, ahí me encuentro con una señal que me indica hacia “Estela Romana” y “Dehesa del Rebollar”, joer…la famosa Estela que en tantas fotos he visto…pues hay que visitarla, se encuentra a 50m de la pista, unas fotos y otra vez a la pista, para esta vez hacer una larga bajada hacia el Rebollar.


Que os puedo contar de ese paraje, Verde, frondoso, fresco, la pista en buenas condiciones…. vamos, que si os acercáis a Villoslada este verano, no dejéis de visitar la Dehesa. La pista desemboca en un cruce que viene de Ortigosa dirección Norte, hacia ahí en camino la ruedas, un poco de llaneo para entrar en jurisdicción de Ortigosa y empezar una suave bajada. El paraje es también frondoso, hayas, pinos, robles jalonan todo el recorrido, también pude comer fresas silvestres, que están mucho mejor que cualquier fresón que venden en las tiendas.


Mi intención es llegar hasta el cruce que sube al robledillo, después de hacer una foto del pantano “González la Casa” que se asoma entre los árboles. En subida constante pero suave entro en el paraje “el Robledillo” es un área con mesas y asadores los cuales están clausurados por razones obvias, algún guarr@ ha dejado una bolsa de basura colgada de un árbol teniendo los contenedores a 10m. en fin….


Continúo la marcha en llevadera subida, la pista poco a poco va empeorando pues ha habido saca de pinos y la han descoj…do y casi que se vuelve técnica. Un poco más arriba ya es asfalto de alta montaña y se rueda bastante bien. La pista se corta de repente para continuar por senda, o eso creía yo, cuando al llegar me encuentro con las rodaderas que están dejando las maquinas saca-troncos, con cuidado paso hasta el punto que tengo marcado en el GPS, en el cual tengo que empezar a subir ladera arriba con la bici al hombro, son unos 50m, “pero que 50m” me tuve que parar 4 o 5 veces por que presenta una pendiente de “aúpa”. No sin antes tener que arreglar una cala, perdí un tornillo y…bufff menos mal que llevaba de repuesto.



Dicha subida me lleva otra vez de vuelta al cortafuegos de Mojón Alto, donde me encuentro con unas yeguas y potros pastando y retozando, la temperatura a estas horas ya ha subido y hace mucha calor. Deshaciendo los pasos andados en las primeras horas de ruta vuelvo a casa.
Ducha y comilona con la familia, esta vez nos acompaña un amigo de Brieva el Señor Ventura, que con 88 años lo tienen que atar de corto porque si no es que  no entra en casa y eso que anda jodido de las caderas y lleva dos bastones, me dijo que lo iban a operar de las dos, así que cuando se recupere ni lo van a ver. Buen conversador, tiene una memoria que cuantos quisieran tener, la verdad es que da gusto estar con el……



Bueno, espero no haber aburrido a los visitantes y curiosos de este blog.
Hasta otra.
Mas fotos: