domingo, 21 de agosto de 2011

LA NO CENA CON LOS GÜEROS. Crónica de un desastre hábilmente subsanado por la Cuadrilla.

“Bueno, a ver si quedamos un día para cenar”, ésta fue la frase, ésta fue la lápida que aplastó de modo contundente las pocas esperanzas que los Cofrades de la Cuadrilla de los Viernes todavía albergaban. Eran aproximadamente las once menos cinco de la noche, llevábamos esperando como una hora, y los estómagos de los intrépidos cuadrilleros empezaban a inquietarse, a dar pataditas, digamos que, como en un parto, las contracciones empezaban a darse ya cada quince segundos.
Habíamos quedado para esa noche con los güeros, Rubén y Eduardo. Querían corresponder a nuestra invitación del 24 de julio (ver cena de ese día), íbamos, pues, de convite, y allí estábamos, esperando en la colindante bodega de uno de los Cofrades, Pedro, a que los güeros se dignaran a aparecer, y de pronto, un motor, “ya vienen” dijimos todos al unísono, qué alivio, qué alegría, qué frenesí. Los cofrades salen a la ventana para comprobar que son ellos y… ¡albricias!, sí, son ellos, Eduardo y Rubén en persona. No eran horas de llegar, pero la cortesía de los Cofrades hizo que cualquier reproche, por somero y metafórico que fuera, se tradujera en un sonrisa. Qué coño, los chavales son así, se lían y… bueno, es igual, ya están aquí. Comienza el diálogo entre los Cofrades, en la ventana, y los Güeros, en la calle:
- GÜEROS. Vaya calor, eh.
-CUADRILLA. Cagüen... (piiiiii), no me digas nada. Hoy casi palmo.
- GÜEROS Está todo más seco que el copón, como no llueva pronto no sé qué va ser esto.
- CUADRILLA. Ya lo puedes decir.
   SILENCIO. Tres o cuatro segundos eternos.
- GÜEROS. Bueno, a ver si quedamos un día para cenar.
- CUADRILLA. Silencio. Caras circunspectas desde la ventana.
- GÜEROS. ¿Pasa algo?
Javi con los güeros, fue a él al que se le notificó la invitación cinco días antes y, claro, apenas daba crédito a lo que estaba oyendo.
Y así fue, la Cuadrilla tardó en reaccionar, porque la pesada losa del “Bueno, a ver si quedamos un día para cenar” nos dejó bloqueados. La Cuadrilla reaccionó finalmente y bajó a la calle para hacer ejercicios de memoria con Eduardo. No había manera de que recordara algo, aunque admitía la posibilidad. Se preguntó por el día del compromiso, y parece ser que, efectivamente, aquel día fue de marejada tirando a marejada ciclónica, que como saben provoca una amnesia de mil pares de cojones. Conclusión, no tenía ni puta idea de que nos había invitado a cenar.
Eduardo trata de convencer a algunos de los Cofrades de que tiene cena: pimientos para freír y huevos duros. La cara del Cofrade Juanan es un poema.

Los güeros se despidieron de nosostros tristes y compungidos, lamentando mucho su olvido. Menuda clase que gastan los pájaros, eso sí, si la invitación sigue en pie, será en Sacro Refectorio de la Cuadrilla, en la Domus Áurea, como dice el Parien.

Como habrán leído en el pie de la foto, los güeros quisieron arreglar la ñapa con un chisterazo a base de pimientos y huevos duros, pero los Cofrades, que sacaron a relucir rápidamente su orgullo e hidalguía, se negaron en redondo y pusieron en práctica un Plan B, tal y como se contempla en nuestros estatutos. Se improvisó un concilio y en cinco segundos se decidió que la solución estaba a apenas veinte metros de distancia, en el Restaurante La Moncloa.
Allí, con la amable atención de Nuria y con Juanma en los fogones, la Cuadrilla se resarció a gusto de la afrenta de los güeros, y lo hizo a base de ensalada de ventresca con pimientos del piquillo y cebolla caramelizada, lomo ibérico, vieiras gratinadas además de primeros platos de carnes, chuletón, y pescados, merluza; y todo regado con un criancita de la tierra, un Castillo de Clavijo. Para postre voluptuosos milhojas con chocolate caliente y refrescantes sorbetes de mandarina. Café, copa y puro (esto último en la calle).
La Cuadrilla de los Viernes inicia el Plan B y brinda por ustedes, queridos amigos.

Estas dos últimas imágenes está cargadas a tamaño completo porque la vista merece una adecuada ampliación. Como observarán, los Cofrades sufrieron de lo lindo, aunque quienes nos siguen desde el principio sabrán que estamos muy acostumbrados a este tipo de padecimientos. ¿Que cómo lo sobrellevamos? Muy sencillo, con cristiana resignación.
El Plan B no hubiera sido posible sin ellos. Muchas gracias y un saludo de la Cuadrilla de los Viernes
Bueno, queridos ciberlectores, se acaba así la última aventura de la Cuadrilla. Como ven, no falta nunca la emoción ni cualquiera de los ingredientes que podría tener un buen guión o novela: su comienzo amable, su conflicto, su clímax y su anticlímax con un final feliz que en nada tiene que ver con los happy end de Hollywood.

Antes de terminar quiero introducir algo que normalmente se incluye al comienzo de las crónicas, el parte meteorológico. Aunque creo que en el diálogo con los güeros ya se ve reflejado. Calor aplastante que nos llevó del Azalea a la terraza del Arizona y vuelta al Azalea, donde nos encontramos con Juanito y nos dieron las tantas (las tantas, qué vaga e imprecisa expresión, pero qué bonita).

Allons enfants de la patrie, le jour de gloire est arrivé.

Estáis todos bendecidos.

lunes, 15 de agosto de 2011

El Realismo Mágico y Villamediana. IIª Parte. Los belgas.

Se acuerdan de aquella magnífica película de José Luis Cuerda titulada Amanece, que no es poco, seguro que sí, si no, por favor, consulten en la Enciclopedia. En esa obra maestra del cine español aparecen unos belgas, lo hacen de modo fugaz, en una secuencia tan absurda como el argumento de la película. Véanla:


Pues, bien, se ve que Villamediana y el pueblo de Amanece, que no es poco (hermanados con Macondo), guardan esa extraña relación, como escenarios ideales para las situaciones más rocambolescas y menos habituales.

Este verano han sido dos las visitas que nos han llegado desde esas remotas tierras de allende las Galias, primero Ingrid, Lieven y sus hijos (disculpadme, soy incapaz de recordar los nombres), y después, hace sólo dos días, vinieron Dominique y Arno. Pero vean el reportaje gráfico que resume y refleja lo sucedido con mayor precisión que mis palabras.
Ingrid, Lieven y su familia llegaron a Villamediana como quien no quiere la cosa la víspera de la Jornada de Pueras Abiertas, se puede decir por lo tanto, que rozaron la gloria.

Ingrid y Lieven con Larri, en su bodega.


Hubo concurso de ranchos, el de la víspera de la Jornada de Puertas Abiertas, y lo probaron con gusto, creo que lo estaban haciendo Matil y Ana. Lieven se animó con el porrón y demostró tener dotes. A la primera y observen qué alzamiento de porrón, ¡bravo!
Cenamos el Refectorio de la Cuadrilla de los Viernes.
Y para terminar una visita a la bodega de los Pompeos, en la Rioja Alta. Nuestros amigos cedieron fácilmente a la invitación de Juan Pedro y sucumbieron a todas las tentaciones con valentía y entereza. Un saludo desde el blog de la Cuadrilla para ellos.
En ambas visitas fueron estupendamente recibidos por gente como Faustino García, César, Juan Pedro, Merengue, Karlos, Adolfo Bellido (cuya venia solicito desde aquí para subir una jota al blog) Jósean, Félix o Larri, y más que me dejo, lo cierto es que ellos me han confesado que su experiencia ha sido distinta a la de otras muchas visitas a España, ha sido algo especial. No, no es vanidad, ni egolatría, ni nacionalismo terruñero, es que ellos me lo han expresado así, esto es diferente, es mágico, pero si me pellizco lo noto, si bebo me emborracho, luego... es mágico pero real, es la hostia.

Dominique y Arno con Karlos. Habíamos estado antes en la bodega de Fausti, la de su casa, y luego en el Rincón, tanto en el JV como en el Azalea. Después acabamos en la bodega de los Merengues.

 Dominique firmando en el libro de visitas de la bodega de Larri, donde un mes antes, aproximadamente, firmaron Ingrid y Lieven.

Bueno, aquí nos tienen, en la Ruinosa. Una estación más en este Via Crucis de delirio bodeguero.

Fuimos a comer un poco tarde. Chuletillas, choricillo, el magnífico aceite que sacó Jósean, ideal para hacer barquitos, etc. Luego siguió el cante y...

Ahí los tienen, como unos campeones, expresando con plenitud la alegría que da el vino.

Lo cierto es que el recuerdo de Karel se perpetúa por su querida Rioja, y sus amigos flamencos no lo olvidan y vienen a esta lejana tierra a tratar de entender lo que él sintió y disfrutó, como también lo hizo Hilde, y lo seguirá haciendo.

Nosotros tampoco lo olvidamos, y en Azalea, sede de nuestros corazoncitos, tendrá siempre vivo el recuerdo.

Salud.

viernes, 12 de agosto de 2011

Aventura y riesgo. Excursión de la Cuadrilla.

Sí, amigos, sí. Está claro que la Cuadrilla de los Viernes está muy, pero que muy apegada al terruño, pero eso no es óbice para que de vez en cuando (una vez al año) salgan de excursión, y además bien lejos. Ni más ni menos que a los límites provinciales de La Rioja, a Ezcaray, queridos ciberlectores, a Ezcaray.

Pedro hizo las veces de Maestro de Ceremonias, nos llevó a dar una vuelta por los centros de mayor interés cultural, exclusivamente bares, claro.
La Cuadrilla de los Viernes quedó puntualmente en la plaza. Una de las cosas que distingue a los Cofrades es la sincronización de los relojes, algo que aprendieron de niños, cuando veían a Los Hombres de Harrelson en la televisión, creo que por un VHF, a eso de las diez, después del parte meteorológico de alguno de los hermanos Medina, en aquel tiempo tal vez de Mariano, un tipo tan soporífero como certero, y sin satélites ni nada, con un par.

El jarreo o poteo por Ezcaray fue provechoso. Libamos sidras, vinos blancos y tintos, tanto cosecheros como crianzas. Cuando nuestro cerebro comenzaba a licuarse, llegó la hora de reponer fuerzas.

Los Cofrades, junto a Sergio (ver recogida de sarmientos) segundos antes de dar vado al arroz. Bueno, de la comida hay fotos, pero tampoco es cuestión de exhibirlo todo, además, la cuadrilla estaba acompañada. Estábamos lejos, muy lejos de nuestro habitual refectorio.

Lo que está claro es que los Cofrades son animales de costumbres y determinadas costumbres deberían ser patrimonio de la humanidad. A qué espera la UNESCO para que esto....
o sea, la siesta, quede definitivamente salvaguardada como Patrimonio Cultural Universal. ¡¡¡Qué angelitos!!!

Después de la siesta, que fue de sillón y no de cama, o sea, que no fue reglamentaria, como mandan los cánones en la estación estival. Por favor, entiéndase como siesta reglamentaria la que se hace con pijama y orinal, previa al padre nuestro de rodillas contra el cabecero de la cama, haya o no crucifijo.
Entiendan también que en mitad de la avetura tuviéramos que apañarnos así, en estos vivacs-sillón, y es que el monte está lleno de incomodidades.
Después de la siesta, dimos un paseíto, con el coche, claro. Buscamos una magnífica panorámica de Ezcaray, pero incluso ahí arriba el sol zumbaba, motivo por el cual la Cuadrilla de los Viernes buscó cobijo en la sombra, pegados a la pared de la ermita, junto al precipicio.
La Cuadrilla al borde mismo del precipicio, sin embargo, ahí los tienen. El gesto adusto e intacto el ademán; ¡qué huevos tienen!

Pero resultó que ni con la siesta, ni con el vértigo del precipicio, los cerebros de los Cofrades llegaron a solidificarse del todo, había que darse un chapuzón, pero no un chapuzón como meros turistas, no, no. La Cuadrilla, una vez más, dio la talla. Observen bajo estas líneas....
¿Quién dijo miedo? Esto es la hostia colegas, hasta Pedro, que está lesionado, estuvo a punto de arrojarse temerariamente al río, cuyo caudal arrastraba todo lo que pillaba a su paso. Sin embargo, a ningún Cofrade le tembló el pulso a la hora de sumergirse bajo las gélidas aguas del Oja.

Como habrán visto, la Cuadrilla es por momentos temeraria, desafía al riesgo y a su manera gusta de la aventura extrema. Los Cofrades, salen de casa un buen día y no saben si van a volver, es nuestro modo de vida, rafting, como acaban de ver, algo de barranquismo, aunque por la sombra, y mucha espeleología, como habrán comprobado en las entradas anteriores de este blog, en fin, que sólo se vive una vez, pero da tiempo para beber muchas veces, y eso es lo importante.
Entre los presentes cundió el pánico. Alguna ya pensaba en el seguro de viudedad, no se las ve muy preocupadas a pesar del grave riesgo que sus respectivos estaban corriendo. El padre y la tiisima de Mila lo debieron pasar bien con la exhibición.

La aventura es la aventura, y lo nuestro es pasión por el riesgo. Nunca se sabe, Juanan, Pedro y Javi cuentan que una vez salieron por los Cameros y se perdieron en mitad de la Cebollera. Era una excursión micológica, se les echó la tarde, se les acabó el vino de la bota y al final, los hombres, desesperados, tuvieron que beber agua. Joder, menudo trago.
Pero también cuentan que esa aventura les sirvió para curtirse, y es que no hay mal que por bien no venga.

En fin, ya se sabe que Dios escribe derecho con renglones torcidos. 

Valga el comentario de que dicha incursión por las tierras altas de nuestra querida RIOJA estuvo acompañada de nuestras de nuestras parientas, que aunque no salgan en las fotos, estaban disfrutando del dia acompañando a los cofrades (o...era al revés), ya que la idea surgió de la lugareña, Mila, que nos quiso invitar a una odisea, si digo bien, ODISEA,  por las calles de Ezcaray, sufriendo los azotes de los cabezudos que acompañaban a los gigantes en su desfile por la localidad....como pegan los cabritos....les gusta sobre todo azotar a las mozas que descubren sus carnes tersas, casi vírgenes....pero que curiosamente dichas mozas no evitan, como si dicho flagelo les causara placer o... vete tu a saber....queridos amigos que no os pierda la imaginación, que solo se trata de una fiesta popular, Gigantes y cabezudos en honor a San Lorenzo.


Los gigantes ejerciendo labores de distracción, y los cabezudos, como el mismo Diablo, sacudiendo a diestro y siniestro  con el látigo. Y es cierto, la Cuadrilla lo pudo comprobar, había peña que se ponía delante del Cabezudo Diabólico para ser azotada, ¿acaso como penitencia? ¿No será quizá porque la frontera entre el dolor y el placer es delgada y ambigua? Y es que los caminos de la perversión, queridos amigos, son como los del Señor, inescrutables.

Amén

sábado, 6 de agosto de 2011

Como Dios manda.

Primera cena de agosto y, como ya suele ser habitual en verano, frecuentes bajas justificadas de los cofrades. En esta ocasión le toca preparar la cena a Paco y junto a él, bendecimos la mesa, Aitor, Juanan y quien escribe. Pero primero, como siempre, el tiempo. La noche estaba  calurosa, estupenda incluso para circular en manga corta. Durante el día amenazó tormenta, pues estuvo nublado casi todo el tiempo.Fue el típico día que la cátedra etiquetaría de “falso”. Durante las nubes permanecieron por lo que fue imposible contemplar la luna. De todos modos no tocaba licantropía, pero hubo otras metamorfosis, eso sí.
Lo dicho, de pronto aparece Paco y nos deslumbra con sus tarteras. El fulgor de la apariencia, que era simple y llanamente acojonante, nos llevo a sospechar si el condumio, que tan rico parecía a la vista, podría estar a la misma altura en cuanto a gusto; pero qué duda tan estúpida, Cofrades, esto sólo nos pudo pasar porque no habíamos bebido ni siquiera un copita de vino. Cómo no iba a estar exquisito si estamos hablando de Paco el de “Levita Calidad”; un respeto señores.
Pero la furgona de Paco todavía nos deparaba un sorpresa más.

No entro todavía en el contenido de las tarteras, pero ya saben que lo nuestro es cíclico, así que si clican en textos anteriores podrán adivinarlo. Pero Levita-Calidad nos trajo una agradable sorpresa añadida, ni más ni menos que las ansiadas cajas de vino, con las que los cofrades de la Cuadrilla de los Viernes podrán seguir practicando la Eucaristía.
Antes de nada, para poner en antecedentes al Cofrade Maestro de Ñapas (el Hermano Javi), decir que los platos cayeron a la fregadera por un fallo de apoyos. No quiero extenderme en vericuetos técnicos, me limito a mostrar la foto para que vean a Artola y Sadurní poniendo a prueba sus reflejos y deteniendo la mítica vajilla duralex en el mismo momento en que se venía abajo. Apreciénlo, queridos amigos, en las imágenes inferiores.
 Aquí tienen a los dos míticos guardamentas. Aprecien el momento preciso de la parada. En la imagen de abajo, Sadurní despeja los platos, mientras Artola contiene los ataques del rival y su terrible táctica: la ley de la gravedad.
Pero bueno, pasemos ya a los platos, que supongo que estarán expectantes. Una vez más me limitaré a mostrar las fotos. Ampliénlas si su pulsión morbo-masoquista les empuja a ello. Incluso intenten probarlo, cojan un tenedorcito y pinchen en la pantalla. Hoy en día, los ordenadores son tan modernos que… quién sabe. Además, ¿se acuerdan ustedes de lo que fue capaz de hacer Uri Geller en un programa de Íñigo? Por si no se acuerdan, cliquen ahí (vínculo para curiosos enciclopedistas).Pues si el doblaba cucharas, ¿por qué no van a ustedes a pegarle un lance al bacalao?
Ahí van las fotos. 

Bacalao "Levita Calidad". Las láminas parecen pulidas por las sabias manos del ebanista.

Cardo rebozado con almejas. Amplién la imagen y zámpense la pantalla. Amén.

También hubo veneno especial, chiles de la huerta. Con los que construimos un artefacto explosivo de devastadores efectos.

 Podría parecer perfectamente la versión cañí de la estatua de la libertad. La diferencia está en la antorcha, y en el combustible que los Cofrades utilizan.
Aquí tienen un primerísimo plano de una bomba de mano de fabricación casera. 

Cenamos como en los buenos tiempos, “como Dios manda”, así que siguiendo los protocolos litúrgicos ordinarios, hubo postre. Flan de café. Y es que Paco… es mucho Paco.

No fue fácil tumbar al flan, quizá porque la tertulia fue amena y entretenida. Se nos hizo un poco tarde. Sin embargo, en el refectorio reinaba la paz y la armonía atemporal, no había prisa, los estatutos de la Cuadrilla de los Viernes prohíben la prisa, como también las costumbres abstemias, la frugalidad y todas esas actitudes ajenas a nosotros, que se han ido adentrando en nuestro hábitat como si de un mejillón cebra se tratara.
Luego, claro, bajamos al Azalea y...
Estáis todos bendecidos, caros amigos.



lunes, 1 de agosto de 2011

El Realismo Mágico y Villamediana. Iª Parte. Anecdotario y estampas.

El realismo mágico, aunque se acuñó bastante antes, cobró fuerza en los años sesenta para etiquetar una corriente literaria latinoamericana en la que se mezclaban elementos reales con otros fantásticos, creando así universos mágicos absolutamente verosímiles. Quizá Cien años de soledad sea el paradigma de este tipo de literatura. Se trataría, de alguna manera, de ver a través de los ojos de Don Quijote y que sea cierto (que sea nuestra la certeza). Dicho de otro modo, los creadores de realismo mágico son propensos a ver gigantes y castillos, en lugar de ventas y de molinos; y yo también.
Desde entonces se habla de America Latina como una tierra de realismo mágico. Pero, ¿sólo América Latina? ¿Acaso Villamediana es América Latina? Pues, bien, la Cuadrilla de los Viernes y sus Cofrades abogan por la defensa de nuestro pueblo como escenario de realismo mágico.
Villamediana vista desde las bodegas. El parecido con Macondo es casi... mágico.
¿Se  imaginan ustedes, por ejemplo, un par de señales de paso a nivel sin barrera en mitad de La Plana? (La Plana es un término de Villamediana donde predomina el cultivo de vid). Si alguien lo escribiera en un relato diría… “joer, qué flipaos”. Eso les pasaría porque no saben ver con los ojos de Don Quijote.

Ojo al tren. Paso sin guarda. Y es lo que es, no hay montaje, ni es un molino de energía eólica. Es lo que es.
¿Se imaginan a un vecino de Villamediana, no sé... cuyo nombre pueda responder a las siglas JPR, ir a pasar la ITV con una VESPA de las de leyenda y que los mecánicos le hagan la ola, le pidan permiso para fotografiarse junto a ELLA, le agradezcan la deferencia de haberlos vistitado, le absuelvan de toda prueba, y le rueguen encarecidamente que se vaya sin pagar pidiéndole disculpas por las molestias? Pues créanselo, es cierto. Si bien, son libres de no creerlo, pueden seguir viendo molinos y ventas, no está prohibido.
 
¿Realidad o fantasía? Es lo que debe de pensar Gregory Peck al verse en una VESPA de paquete de Audrey Hepburn. A ver dónde pones las manos, Goyo.
Sí, está claro que las historias de García Márquez o de Carpentier son geniales, pero no nos olvidemos del difunto Zaca, y sus magníficas aventuras, como la de la patata, la del pimiento o la de la llave inglesa en el avión, entre otras muchas (algún día tendremos que dedicar un monográfico para Zaca), ni de Agustín el de la Pía, el mejor narrador de las victorias de Bahamontes que ha habido nunca. Su literatura era oral, no escrita, pero no dejaba de ser literatura, ellos constituyen auténticos argumentos de autoridad para defender la tesis de la Cuadrilla de los Viernes: que Villamediana es un espacio de realismo mágico.

Acérquense al pueblo, suban a la bodega, tomen el porrón, siéntense en la cuarta o quinta escalera (para saberlo con mayor precisión consulten a la Cátedra), echen unos tragos, cierren los ojos y déjense llevar. Lo mismo hasta ven un vespino con un corcho de garrafón de cántara como tapón del depósito, ¿quién sabe?
Como para pasar la ITV. ¿No?, ¿o sí?
Ah, todavía no ha llovido para arriba, pero todo se andará. De momento, observen esta gota de agua, captada en una cocina de Villamediana, preguntando por dónde se va al cielo.
Estáis todos bendecidos.