Bienvenidos a la nueva crónica de la Cuadrilla de los Viernes, en este caso la primera del otoño y la última de septiembre, algo evidente, pero también significativo. Después de un intenso, tórrido e itinerante verano, entramos en la Domus Áurea sabiendo que algo había cambiado, que un ciclo concluía. Daba la sensación de que se inauguraba una nueva etapa, y que del verano ya sólo nos quedaban el eco de algún recuerdo y dos botellas de clarete. Sin embargo, a pesar del tono, nada de eso nos entristeció, y decidimos encarar la noche con una actitud positiva y la mejor disposición de ánimo.
Para empezar, pensamos que sería una buena idea dar vado a las dos botellas de clarete y asegurarnos así que del periodo estival no nos quedara más que el polvo del recuerdo (perdón por este exceso de lirismo).
Pero, bueno, vayamos ya al quid del asunto. Después de dejar los aparejos de la cena en el Refectorio salimos a dar una vueltecita, a respirar ese aire perfumado por taninos y maderas que flota en el interior de las cuevas. Fue así como decidimos hacer una visita a la bodega de nuestro gran amigo Carlos Zabala, el Dueño de la Alquimia Culinaria, una recueva preciosa situada un estrato por encima de la Domus Áurea.
He aquí la Joya de la Corona de Zabala, tonel de roble de la Republique, ahí es nada, C'est magnifique, n'est pas? Vean a continuación algunas de las escenas captadas por la cámara que se dieron en la cueva de nuestro cocinero favorito:
Carlitos, siempre generoso y atento, se ocupó de que en ningún momento los vasos estuvieran tristes. Las sonrisas Cuadrilleras revelan bien a las claras el ambientillo.
Y a los Cofrades se les puso este semblante. Observen qué escenas de sufrimiento, menudo martirologio y qué sinvivir.
Por si fuera poco, no faltó tampoco el delicioso embutido con el que maridamos el vino, ni las charla ni las esclarecedoras explicaciones del gran Zabala. Gracias, Carlos, por este buen rato que nos brindaste en tu calao.
Pero había que volver a la Domus, allí nos esperaba la cena que había preparado el Cofrade Agustín.
Lo que esta vez tocó fue este revuelto de huevo cocido con pimientos y fritada, un humilde pero delicioso plato que levantó el ánimo conversador en la Cuadrilla. No se ve, pero el ajo está presente en el plato, es más, lo invade todo. Posteriormente, en el Azalea, nuestros interlocutores nos lo hicieron saber, y de distintas maneras. Unos de forma explícita y contundente, y otros mediante recursos indirectos, del tipo: "voy al servicio, ahora vuelvo", pero no vuelve; o "espera un momento que voy a pedir una cerveza" y tampoco vuelve. Así es el ajo, amigos, esta gregaria hortaliza de potente sabor que triunfa en el paladar de los Cofrades, pero que al mismo tiempo provoca interferencias en la comunicación humana, y no digamos ya en el cortejo.
Tampoco faltó el bacalao maceradito con aceite, ajo y algo de picante que añadiera ese punto de emoción a cada bocado.
Por último, para darle todavía más sabor a la cena un buen tomate pata negra que el Cofrade Agustín combinó, cómo no, con la pertinente dosis de ajo. Y todo esto ante la circunspecta mirada del intrépido Verso Suelto, que no daba crédito al comprobar cómo Bretón troceaba el ajo en minúsculas porciones sin amputarse un solo dedo.
Y mientras los Cofrades comían, bebían y departían en la calle se obró el milagro y empezó a llover. Llovió durante el resto de la noche ofreciéndonos un espectáculo al que estábamos ya desacostumbrados. Magnífico paisaje el de la lluvia que quedó así inmortalizado desde la puerta de la Domus Áurea.
Entre tanto, en el Refectorio tratábamos en vano de arreglar el mundo, pero al ver que la deriva conversacional no nos llevaba a ninguna parte, decidimos cambiar de tema y abrir otra botella.
Y así se pasó un Viernes Sí más.
Después ya saben lo que pasó...
"Allons enfants de la Patrie, le jour de gloire est arrivé"
Estáis todos bendecidos, caros amigos.
Después ya saben lo que pasó...
"Allons enfants de la Patrie, le jour de gloire est arrivé"
Estáis todos bendecidos, caros amigos.
Cuadrilla!!! sabeis que es un honor recibiros en mi bodega y si el proximo viernes si estoy en Villamediana cenaremos en mi recueva, tal y como hablamos el viernes, cuidaros...
ResponderEliminarCarlos, la próxima le toca a Paco, si le das un toque para coordinar la cena mejor por que creo que va a preparar algo, no se que es pero algo tiene entre manos...
ResponderEliminarChao
saludos ala cuadrilla,Ernesto,baron esta sonando en el tocata,que paciencia aguntarme toda la noche,salud
ResponderEliminarHola, Jósean, lo de ayer fue tremendo. Lo pasé muy bien aunque hoy le estoy pagando.
ResponderEliminarUn saludo cuadrillero.
Asi que ayer tuvisteis fiesta eh...
ResponderEliminarAun nose si estoy aqui este puente, si me quedo hablare con Paco.
El viernes a eso de las 21.30h en mi bodega, tomaremos un vino y decidiremos donde cenamos, avisar a la gente y quien se anime, el viernes a la mañana embotellare la barrica
ResponderEliminarHola, Carlos, de acuerdo. Quedamos de entrada a tomar un vino en tu bodega y luego ya decidiremos. Creo que si nos juntamos toda la tropa será mejor que vayamos a la Domus Áurea, ¿no crees?
ResponderEliminarSaludos Cuadrilleros.
Nunca un plato tan sencillo como unos huevos con fritada, brillaron con tanto color; verde y rojo de los tomates y los pimientos, lo sencillo se vuelve sublime y pasa a ser arte meyor. Quede echizado con este plato y con la maestria del cofrade Agustin lo elaboro. Un gran experiencia para las pituitarias.
ResponderEliminarUn abrazo para todos los amigos y seguidore,
El verso suelto