Hoy inauguramos la primavera en este blog.
Y qué mejor manera de hacerlo que con un poema de Andrés Trapiello.
A las abejas, porque ellas, a su manera, también practican libaciones.
RAMA DE CEREZO EN FLOR
Ni católico templo ni pagoda
podrían comparársele.
Ningún haikú tampoco
resistiría un solo instante al lado
de esas pequeñas flores que tutean
a Dios como los niños cuando dicen
en su orfanato al rey, que les visita:
"¿vas a quedarte aquí ya para siempre?"
No hay travesía humana comparable
a su dulce perfume, ni fragata
que mejor desplegara tanto trapo
por darle alcance en el azul del cielo.
Y aunque mucha dialéctica asombrosa
de sistemas oscuros fatiguemos,
no se hallará filósofo
que mejor armonice los contrarios:
en la casi podrida y vieja rama,
en lo que sólo es ruina, liquen, leña,
han abierto las flores su camisa
y doncellas se dan en cuerpo y alma
a quien quiera gozar tal lozanía.
Allí las he dejado. Si quisiera
traerlas a estos versos aquí ahora,
en el papel verías sólo pétalos
para siempre caídos, no una rama
inexpugnable a todo, sino frágiles
y mutilados pétalos sin vida.
Muy bien el reportaje del concurso de coscheros, ya se ve que en Villamediana hay cultura vinatera, mas que en otros pueblos.
ResponderEliminarLas fotos del cerezo son elegantes van bien con la poesia, me imagino que las fotos son vuestras, hechas por vosotros digo.
Un saludo cuadrilla.
Alvaro
Hola, Álvaro, gracias por visitarnos y por ofrecernos tus comentarios.
ResponderEliminarLas fotos son de cosecha propia, de un viejo cerezo situado en el término de la Ontana, a apenas unos pocos metros de la circunvalación.
Saludos cuadrilleros.
Gracias, cuadrilla, por esta nueva entrada. Me ha gustado especialmente, quizá porque se viene a confirmar lo que algunos ya intuíamos: Y es que, donde hay vino, no puede faltar primavera.
ResponderEliminarPrecioso el poema de Trapiello,y muy buenas las fotografías que lo decoran.
Espero que salgáis airosos de vuestra próxima aventura "viernes sí".
Un abrazo a todos.
Esmeralda
Hola, Esme, gracias por tu agudo comentario. Efectivamente, en la Cuadrilla vivimos hace años una eterna primavera, pero ojo, primavera de junio, sin sayo. Esa primavera que va del 40 de mayo y el 21 de junio. Si el Corte Inglés se permite el lujo de quebrantar las leyes estacionales, a ver por qué nosotros no lo íbamos a poder hacer. A ellos les mueven fines comerciales, y a nosotros la alegría que da el vino. Compréndelo, no hay color.
ResponderEliminarEn cuanto al poema, coincido contigo, es precioso. Las fotos no las hice pensando en el texto; fue al revés. Cuando vi las ramas del cerezo me asaltó la imagen una pagoda o de un pináculo gótico, y me acordé del poema de Trapiello.
Un beso y gracias por tus buenos deseos para esta noche.
Saludos cuadrilleros.