viernes, 19 de octubre de 2012

Cena de la Hispanidad

Queridos amigos que nos seguís desde todos los rincones del mundo, bienvenidos a una nueva edición del Blog. Bienvenidos a este insensato y contumaz ejercicio de exhibicionismo que guía a esta Cuadrilla. En esta ocasión el evento de Viernes Sí coincidió con un día festivo, no es la primera vez que pasa, ni será tampoco la última; ni el desfile de las fuerzas armadas ni la cabra de la legión fueron capaces de alterar el Cuadrante de Ocio Cuadrillero.

No voy a hacer parte meteorológico, pues los recortes presupuestarios afectan también a la infraestructura del Blog, así nos lo ha comunicado el Consejo de Redacción en una sucinta y tajante misiva electrónica. Ni que decir tiene que esta decisión se ha tomado de modo unilateral, sin tener en cuenta a las demás partes. No obstante siempre habrá ocasión y recursos para informar cerca del tiempo atmosférico.
En esta ocasión quizá quepa decir que los sarmientos no tuvieron esta vez otra función que la de caldear y calentar el Refectorio, y es que el astro (entiéndase como riojanismo) está cada vez más fresco.

Pero vayamos ya al asunto de la cena. Voilà, ¡tarteras! Es cierto que al verlas, los Cofrades quedaron por un momento fuera de sí. Qué habrá ahí dentro, nos preguntamos. Fue verlas y recordar a Pavlov. Recogidas las babas, procuramos después reaccionar con serenidad y contención, dando la espalda a esas dos Sirenas con asas cuyos vapores emitían endulzados cantos de seducción. ¡¡Atadme al mástil!!, dijo de pronto el Verso Suelto al sentir cómo el aroma del guiso le acariciaba las pituitarias. 

He aquí el culpable de todo, Paco Levita, el encargado de sostener el apetito del resto de la Cuadrilla. No se sabe muy bien por qué, tal vez por hacer honor a su sobrenombre, pero lo cierto es que al levantar las tapas algunos de nosotros sentimos la ilusión de perder pie. Esto fue lo que nos hizo levitar, vean:

Cardo rebozado con almejas y bacalao a la riojana, en fin, qué quieren que les cuente si sobre este tipo de chisterazos culinarios hemos visto ya casi de todo. Sin embargo, los Cofrades no nos acostumbramos, y celebramos cada uno de estos aciertos gastronómicos con la cándida ilusión de un niño en noche de Reyes.

El Cofrade Juanan hizo de trilero con los pucheros. Qué habilidad y qué manejo de los tiempos, qué saber hacer, amigos.

Y las sonrisas de los Cofrades empezaron a aflorar irremediablemente, incluso algunos, como el Verso Suelto, se frotaban las manos al percibir con gozo los vapores del bacalao. Lo dicho, noche de Reyes.

El corcho de la botella quiso resistirse, pero el Cofrade Faustino dio al final buena cuenta de él y, como no podía ser de otra manera, el delicado néctar fue a parar a las copas, desde donde fue consumido en gozosas libaciones por los Cofrades.

Quiero con esta foto satisfacer la pasión de cierta seguidora del Blog por los platos de duralex. Unos platos que son casi tan míticos como la mitiquérrima bandeja de los cosques.

Después, ya se sabe, a sufrir. Al amor de la lumbre y espoleados por el vino y por esos alimentos que graciosamente habíamos bendecido, mantuvimos una amena conversación que se dilató más de lo habitual, y que, en cuento a su temática, pasó de la hondura trascendente, siendo la hondura más bien escasa, a la superficialidad más frívola.

El caso es que el Cofrade Chuma llegó tarde, algo que en principio ni es anecdótico ni es noticia, pues suele ocurrir habitualmente. Lo reseñable es que estuvo a punto de quedarse a la luna de Valencia. Chuma, queriéndolo o no, puso a prueba la generosidad y solidaridad de la Cuadrilla. Créanme si les digo que algunos Cofrades no tuvieron reparos en seguir saciando su gula, olvidándose por completo de que Chuma vendría después. Un Chuma que por momentos parecía condenado a la peor de las afrentas, el ayuno o, como mucho, a allegar las raspas del bacalao. Afortunadamente para él, llegó a tiempo para probarlo todo, eso sí, con triste frugalidad (perdón por la redundancia).

Y como digo, la tertulia se alargó, y conforme ésta avanzaba fue llenándose de contenidos jocosos o muy jocosos, por lo que en diversas ocasiones estalló el Himno de la Cuadrilla, la Risa Celebratoria.

Para postre Paco Levita nos obsequió con dos tartas que como ustedes podrán comprobar eran de naturaleza industrial. De sobra es conocido el gusto de la Cuadrilla por las grasas saturadas y las harinas refinadas. Duraron lo que dura un parpadeo. Estaban tan buenas que parecía que las había hecho la mismísima Nuria. Brindamos por los trabajadores de Hacendado y, aprovechando la efeméride del doce de octubre, brindamos también por el ínclito José de San Martín.

Y aun tuvimos tiempo de dilatar la charla volcando otra botella, libando entre sonrisas y recordando a cierta dama local con apariencia de actriz italiana. Todos coincidimos en que seguirla de cerca sin marearse era tan difícil como navegar en un bote salvavidas en plena tempestad, qué contoneo y qué manera de perfumar el aire; no exagero si les digo que a su paso crecían los geranios de los balcones. Qué delicia ser testigos de su estimulante respiración, no tanto por la espiración como por la inspiración. Cuando esta superlativa señora tomaba aire sus dos senos le emergían de la pechera como dos globos de helio proyectados, en ese momento, caros amigos, el tiempo se anulaba, la peña se olvidaba de respirar y nadie, absolutamente nadie, se atrevía a parpadear (yo por lo menos no). Qué pena que se nos esté acabando el texto y el tiempo, qué pena haber empleado tanto esfuerzo para describir la cena, pero así es la vida, amigos. 

Después, ya saben. No es necesario que me extienda. Al Azalea y tal, y...

Allons énfants de la Patrie, le jour de gloire est arrivé.

Estáis todos bendecidos, caros amigos.

1 comentario:

  1. Muchas gracias, por acordaros de mi, mi pasion a quedado casi satisfecha y digo casi, porque aunque todo mi corazon esta junto a los platos de duralex, una parte esta tambien al lado de la bandeja de los cosques, que tan buenos recuerdos despierta en mi memoria y asi de una forma tan sutil e indirecta , quiero pedir una fotografia de la mitica bandeja, para poder llegar al extasis, como la santa Teresa esa,puesto que a la degustacion de los platos ,x mas que me deje crecer la barba,nunca asistire.Bs desde el Nirvana

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