domingo, 8 de mayo de 2011

Aurelio, más que una leyenda.

Aquí tenemos a nuestro amigo Aurelio (Roddy McDowall), el científico Aurelio en estado puro, un tanto escéptico y descreído, pragmático, algo sobrevalorado (sobreo todo por su novia) y poco amigo de perder sus bienes materiales. En cualquier caso, qué buena persona era Aurelio, y cuántas buenas conversaciones ha provocado en la Cuadrilla de los Viernes Sí. Es verdad que Zira (Kim Hunter), su novia, también científica, le da mil vueltas. Ella es idealista y más observadora e inteligente que nuestro amigo. Pero hablemos de Aurelio.
Aurelio antes de que Taylor se cruzará en su camino, tomando vermú. ¡¡Qué clase tiene!!




Aurelio es, ni más ni menos que el Darwin de los simios, pues cree en el evolucionismo y sostiene que el simio viene del hombre, asunto que consideramos debería ser tenido actualmente en consideración por nuestros científicos del CSIC, al menos a tenor del comportamiento de ciertos humanos de nuestra historia reciente. Lo que ocurre es que, incluso en el planeta de los simios, la religión se opone a la ciencia. Los jerarcas de la religión simia, los orangutanes, lo llaman al orden (como otros llamaron a Galileo o a Giordano Bruno), puesto que las teorías aurelianas atentan contra los dogmas de la doctrina oficial. Aurelio corre el riesgo de ser considerado un hereje, algo que pondría fin a su carrera como científico, y lo que es peor, le haría perder su posición y sus privilegios. Por eso, Aurelio está dispuesto a retractarse, lógico, tiene carrera, es funcionario, le van a subir el sueldo, quiere casarse, vivir cómodamente y no meterse en líos, además, si Galileo lo hizo, por qué no lo iba  a hacer él. Zira es mucho más valiente que él, dotada de unos valores éticos más sólidos que los de su novio, ella sí que lo dejaría todo por una causa justa, Aurelio sin embargo se lo piensa, pero son precisamente la imperfección y la cobardía de Aurelio las cualidades que enternecen a la Cuadrilla de los Viernes.



Al final el amor tira mucho, y el bueno de Aurelio hace lo que su novia desea. Se mete en un lío de la hostia, libera a Taylor (Charlton Heston) y a una chica con la que pretende amancebarse y se convierte en un fugitivo, junto a Zira y al sobrino de ésta. En fin, pero en esta escena ocurre algo genial, y es que no sabemos muy bien si el que interpreta el papel de humano es la persona o el personaje, es decir, si es Charlton Heston (presidente de la Asociación Nacional del Rifle) o si es Taylor. Resulta que el bueno de Aurelio lleva armas, pero no las considera necesarias, es normal, para qué, ¡¡podría hacerle daño a alguien!! Pero Taylor no está de acuerdo y se agencia un rifle echando leches. Aurelio quiere convencerlo de que no es necesario, pero nuestro querido amigo es desobedecido y desacreditado por el soberbio e impresentable humano, que al final, eso sí, y como sin querer hacerlo, les da las gracias de un modo tibio, arrogante y altivo; pobre Aurelio, después del lío en que se ha metido. Incluso Zira le tiene que recordar que desde el principio tuvieron dificultades y que su patético agradecimiento es a todas luces decepcionante. El espectador, observando la actitud de Taylor, se da cuenta de que no merecía la pena liberar a tamaño pedante, y creo que Aurelio también, pero a estas alturas de la película nuestro amigo, el chimpancé Aurelio, es ya un hereje y no le quedan más huevos que salir por patas.


Al final, Aurelio pierde, y todo por salvar al impresentable de Taylor. El zoófilo beso de despedida a Zira tiene mucha guasa, aunque a nuestro amigo no le hace ni puta gracia, y menos todavía cuando llegan los gorilas de la policía y se lo llevan detenido por traidor y por hereje. 
A Taylor le espera su destino, con un final sobrecogedor que salva cualquier peli por mala que sea. Quizá tenía diez años cuando la vi por primera vez, pero esa escena me quitó el sueño, y todo por culpa de Taylor, qué cabrón. Produce un terrible desasosiego ver ahí la Estatua de la Libertad semi enterrada en la playa. Pero hoy pienso más en lo que pudo haber sido del bueno de Aurelio, al que se llevan detenido. Su final es terriblemente incierto, pero hoy nadie se acuerda de él, así es la vida.
La Cuadrilla Viernes Sí está contigo, Aurelio.

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