domingo, 12 de junio de 2011

Ñam y otras aventuras

Noche de fiestas en Logroño y en La Rioja en general por el puente del 9 de Junio, pero... ¿justifica esto la cancelación de una cena? Por supuesto que no, para la Cuadrilla un Viernes Sí es día de oración, y sin una justificación debidamente explicada ninguno de los Cofrades puede desatender sus obligaciones religiosas. Bueno, el caso es que hubo alguna baja notable, pero, como decimos, debidamente justificadas.
Pasemos sin más preámbulos a la crónica. Primero, como siempre, el tiempo. Ya llevaba unos días el tiempecito tocando los cojones y empeñándose en refrescar los días como si éstos fueran de abril. Lo cierto es que hacía una noche más bien fresca para entrar en la primera decena de junio, por lo demás, nubes bajas, oscuras y de gran concentración, pero sin amenaza de lluvia.


La noche se vistió de chuletón, no era un chuletón de dibujos animados, pero desde luego que animó a más de un Cofrade. Se dudó acerca del proceso, si acunarlos sobre una parrilla normal o si hacerlo sobre la reglamentaria. Tras un breve debate se decidió que había que usar la reglamentaria de chuletones, con plato de barro, o sea, las conocidas Santas Cunas, tridente, salvamanteles de madera y todo el protocolo propio de una cena de Chuletones cuando estos son de dibujos animados.
Éste es el aspecto de los chuletoncitos durante su posado en la parrilla reglamentaria, arriba, poco a poco, las Santas Cunas van tomando temperatura.


Dos gavillas de sarmientos produjeron la amorosa energía, y digo amorosa, no sólo porque doró los chuletones y calentó las Santas Cunas,  lo digo también porque caldeó el refectorio. Un par de vueltecitas, para que no se hagan demasiado y… todo estaba listo para el inicio de la bacanal.



¡Ñam!
¡Ñam!


Y así, tal y como lo describen las fotografías, con un poquito de lechuga y cebolla, conversando amigablemente y practicando continuas libaciones, celebramos la fiesta del Viernes Sí, y es que… hemos venido al mundo a sufrir. Asumámoslo, pues, con resignación.

Después llegó la tertulia, las chanzas conversacionales y otras cosillas que ustedes, queridos ciberlectores, es mejor que no sepan. Como el Domicilio Social está en un lugar de privilegio, tuvimos la oportunidad de continuar la charla en la calle y contemplar al mismo tiempo el espectáculo de fuegos artificiales.  Y en esto, que cuando todo parecía perdido, apareció Chuma, que nada más irrumpir se fue, desconcertando al resto de cofrades, para venir pocos minutos después con una bandeja llena de pastelitos. Bravo Chuma.

Sí, se debatió sobre si los pastelitos son mejor o peor que los pasteles, Paco, a quien felicitamos por su cumpleaños, defendió encendidamente a los primeros, pero lo cierto es que incluso los detractores, todos, absolutamente todos, contribuimos a vaciar la bandeja en pocos minutos. No hay constancia gráfica de los pastelitos de Chuma, fueron vistos y no vistos.
Una foto mientras se cena, sólo una, pues son momentos muy íntimos. Observen a las Santas Cunas en primerísimo plano. Qué espectáculo.


Y la conversación continuó en la calle. No fue un gran espectáculo de pirotecnia, pero sí que sirvió para mostranos algo diferente.


A continuación bajamos al Azalea, auténtica prolongación del refectorio, y tomamos café y unas copas y otras copas y otras, y lo que fue pasando después es difícil de explicar, pero ocurrió de verdad. La noche se fue dilatando y Juanan y quien ahora les escribe nos atrincheramos dentro del bar de Ramón, y pasó lo que pasó, lo que normalmente suele pasar, o incluso peor, en fin…

Un Ford Fiesta, una chica simpática y un señor de Murcia.

Juanan no desaprovechó la oportunidad para refozar lazos de amistad con las nuevas generaciones. Aquí lo tenemos junto a José Mari en la terraza del Azalea. También pasó por ahí el Guille, sobrino de Bretón.
La noche fue introduciéndonos en el proceloso túnel del olvido y la alienación, es lo que pasa cuando se ingieren bebidas, ya sean destiladas, ya sean fermentadas, todas contribuyen al Ditirambo. Por el bar de Ramón pasó un señor de Murcia, el Chacho, que cumplía 42 tacos, Mena y Mamen, empeñada en escuchar Violent Femmes, y entre tanto, Juanan y yo allí, procurando dejar el Pabellón de la Cuadrilla Viernes Sí lo más alto posible.
Ramón, como siempre, poniendo buena música. Aquí lo tienen, buscando la canción en el vinilo. Qué bueno que siga pinchando vinilos, donde esté el disco de aguja que se quite el mp3, ¡por favor, un respeto! Escuchar a los Rolling, a los Purple o al mismísimo Rory Gallagher (y esto va para Josepe) en vinilo es una delicia.

Juanma, alias Chacho, estupedísimamente acompañado por la sonriente María. Felicidades Juanma.

Pero sigamos avanzando por el túnel de la noche. Todavía queda alguna estampa verdaderamente memorable. ¿Quieren ustedes vernos a Juanan y a mí bailando una sevillana? ¿Ponemos a prueba las dos fuerzas? ¿La suya, de morboso voyeurista, o la nuestra, de pervertidos exhibicionistas?

Pues ya ven, ganan ustedes.

Bueno, esto es todo, que no es poco, ¿verdad? Gracias por leernos un día más. Un saludo para todos, en especial para el ciberlector que nos sigue desde el medio de Siberia.

Estáis todos bendecidos.




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