lunes, 9 de julio de 2012

Crónicas Najerenses (2ªParte)

CRÓNICA EN LA QUE SE NARRA CÓMO LA CUADRILLA VIERNES SÍ CRUZÓ EL RÍO Y RECORRIÓ NÁJERA EN BUSCA DE AVENTURAS, HALLÁNDOLAS SIN DIFICULTAD, Y DE CÓMO FRECUENTARON LAS TABERNAS DESFACIENDO ENTUERTOS Y CONTEMPLARON LAS FAMOSAS VUELTAS.
He aquí el Najerilla, ese precioso río truchero cuyas aguas bajan acompasadas por el son de una brisa suave cargada de armonía, una brisa que instila cordura entre los habitantes de Nájera y de otros pueblos del valle. Nada que ver con el siroco que azota el bajo Iregua.
Sin embargo, para sorpresa nuestra, al llegar a la pasarela que nos permitiría ganar la otra orilla nos encontramos con que los najerinos se habían vuelto iregüenses por un día, el día de San Juan. Vean, vean:
Sí, amigos, sí, esto es lo que ocurre en el río de la Cordura el día de San Juan, es decir, la Locura. Todo se torna al revés, de ahí el paralelismo de esta fiesta con el Carnaval, qué magnífica inversión de papeles. No se sabe muy bien por qué suerte de misterio sin resolver los najerinos pierden el juicio y acaban majaras, se echan la río en masa, donde siguen bebiendo sin parar (de todo menos agua), se arrojan algas, juncos, nenúfares, ranas, etc. El pueblo entero es una casa de orates.
La Cuadrilla Viernes Sí al completo apenas daba crédito ante la contemplación de este espectáculo de enajenación mental colectiva. Pero no piensen que por esta razón nos íbamos a arredrar; al contrario. La adversidad produce en la Cuadrilla el mismo efecto que la levadura en los bizcochos de Nuria, o sea, que nos crecemos.

Cruzar la pasarela con toda esa banda de gremlins metida en un río no era fácil. Lo cierto es que la Cuadrilla encomendó a Paco y a Javi la arriesgada misión de abrir camino por la pasarela. Desde la otra orilla nos dijeron que el paso estaba libre y que no había ningún peligro. Fíjense en Paco, porque él también se vio atacado por extraño fenómeno; ni rastro de cordura en su rostro.

Y ya ven, si se alejan del río, los najerinos llevan armas especiales para arrojar agua, todo con tal de que los niveles de alienación no decaigan. Incluso los niños lo hacen, a veces, como se puede comprobar en esta foto, con la complicidad de los padres.

La gente en general va armada, da igual el sexo, la edad, acaso depende quizá del nivel de alcohol en sangre, pero lo cierto es que la Cuadrilla tuvo que esquivar más de una ráfaga de ese líquido elemento del que huye como de la quema (¿acaso somos nosotros los gremlins?).

Menos mal que escuadrillas de municipales patrullaban las calles deteniendo a los que tiraban o bebían agua, garantizando así el desorden, y todo ello empinando el codo como si en ello les fuera la vida. En fin, un caos, un delicioso caos, y la Cuadrilla allí, desafiando al riesgo, buscando aventuras. Oigan y qué pronto las encontramos, pues ya conocen la inclinación de la Cuadrilla de los Viernes por la caballería andante.
De pronto, al doblar la esquina de una calle dimos con la Cárcel, Cárcel Pública del Partido, leyó en voz alta entre indignado y extrañado el Verso Suelto. ¿Cómo podían permanecer encerrados los reos un día de San Juan? Así que La Cuadrilla se sintió ofendida y tras una breve asamblea decidió que ante tamaña injusticia había que tomar cartas en el asunto.
Bueno, tratamos primero de ser prudentes y entrar por la parte de atrás de la cárcel con la intención liberar a los presos sin generar ningún altercado. Pero fuimos sorprendidos por las cámaras de seguridad de la prisión, coyuntura que aprovechamos para posar y hacernos unas fotos.

Fallido el intento silencioso, nos lanzamos a la carga tomando la particular Bastilla de Nájera cual jacobinos en 14 Juillet, y de esta guisa y con gran escándalo, pues esta vez actuamos ya sin sigilo ni discreción, por la brava, dando vivas a Riego, a Torrijos, al Empecinado y a la Pepa.
Amigos, cómo corrían los presos y qué abrazos nos daban. No dimos con ningún Gines de Pasamonte que desagradecido nos apedreara, al contrario, sólo gratitud recibimos, eso sí, pedimos que rindieran tributo a nuestras amadas esposas y que dejaran pagada un ronda en el bar de la esquina, demandas ambas que fueron sistemáticamente desatendidas.
El Verso Suelto había vuelto a ganar fama y apenas era capaz de concebir la dimensión de su hazaña, acababa de dar otro paso de gigante hacia la Coronación Báquica y el correspondiente Toisonado.

Satisfechos, y de nuevo con el rostro descubierto, los Cofrades pasaron de inmediato desapercibidos entre la multitud, tomando unas cervecitas entre gente de orden, por lo general insensible a las injusticias, y posando sonrientes como si no hubiera pasado nada. 
Entre tanto... ¿dónde estaban los fugados? Pues aquí:
mezclados con la masa y huyendo discretamente, es decir, uniéndose a la fiesta, como lo hicieron Stallone, Michael Caine, Pelé y Ardiles en Evasión o Victoria.

Así las cosas, los najerinos (los expresidiarios y los otros) seguían totalmente enajenados, girando por las calles del casco viejo como si estuvieran amarrados a una noria, dando pasos hacia delante y hacia atrás, sin prisa, jugando con el tiempo, dilatando la extensión de la calle a base de andar y desandar el camino, como Penélope con su lienzo, con la intención de que la fiesta durara para siempre. Qué majaras y qué marcha, amigos.
Esto son  "Las Vueltas".
Bueno, y entre tanto la tarde iba cayendo y los Cofrades, alegres por la fiesta y orgullosos por su labor como desfacedores de entuertos, se sentían colmados. Colmados de euforia, de buen rollo y de algo más.
Ahí los tienen, ¿se acuerdan ustedes de los niños cantores de Viena? (ver foto 12) De nuevo obsequieron a la concurrencia con el Fortuna Imperatrix Mundi; como diría mi amigo Foncu, ¡qué arte!
Hubo más tiempo para seguir alternando por esas tabernas de Dios, incluso para hacer este pequeño homenaje a nuestro ídolo, el gran Velázquez. Va por usted Don Diego.
Tras la batalla, unos quedaron más afectados que otros, pero lo cierto es que no hubo bajas. Los Cofrades se reencontraron con sus amadas esposas, en ese momento las únicas dueñas absolutas de la cordura. Atrás quedaban los castillos encantados, las tabernas endiabladas, las princesas y los entuertos.
Pero amigos, como ya he dicho antes, la tarde caía y la cosa, hablando en plata, estaba ya bastante jodida. Se mascaba el olor de la derrota y para evitar el desastre la Cuadrilla decidió regresar a la otra orilla en busca de posiciones más cómodas, haciendo suyo el dicho de que "una retirada a tiempo es una victoria". Esta vez el encargado de hacer de avanzadilla fue éste que ven:
El Verso suelto en una imagen que hace un año hubiera sido suprimida por le Consejo de Redacción, sin embargo, hoy ya ven, vale todo. ¿Llegaremos al amarillismo? Espero que no, amigos.
La retirada fue ordenada y ejemplar, como la del bueno de Tagüeña en Flix, digna de ser llevada a las aulas de la academia militar. El alivio nos embargó a todos, estábamos a salvo pero agotados. Por lo que decidimos hablar con la gente de intendencia para resolver la manera de descansar y reponer fuerzas.
Bien aconsejados por Paco Levita fuimos a parar al Bar Hispano, donde unos deliciosos bocadillos de orejitas nos arrancaron las últimas sonrisas. En la consiguiente tertulia el Verso Suelto aseguró que lo que acababa de vivir se lo contará a sus nietos alguna noche de invierno junto a la chimenea. Incluso se deleitó describiendo la escena, el ornamento de la chimenea, el dulce crepitar de la leña consumida por el fuego, la nieve al otro lado del cristal de la ventana y el sillón orejero tapizado en cuero en torno al cual se arremolinarán sus nietecitos. Recrear esa escena nos produjo una grandérrima ternura, reblandeció nuestros corazones e hizo que durante un par de horas el silencio se adueñara de la Cuadrilla e incluso de sus amadas esposas. Sólo el monótono pero penetrante canto de los grillos fue capaz de sacarnos de aquel letargo.
Protegidos por el manto de la noche regresamos a casa con la armadura a cuestas. A nuestras espaldas quedaban las luces y el bullicio de la fiesta en la muy noble y leal ciudad del mueble. Acababa así una jornada gloriosa, un auténtico Jour de Gloire.  Estáis todos bendecidos, caros amigos.

4 comentarios:

  1. Javi y Marina estáis muy guapos,os sentó bien el agua del Iregua.
    Me imagino que a la cuadrilla también
    Un beso

    ResponderEliminar
  2. Un error garrafal, me he confundido de río,perdón el Najerilla.
    Voy a subsanarlo.
    Es un río corto del norte de España afluente del Ebro, que nace en la provincia de Burgos y trascurre principalmente por la Rioja, siendo río de mayor longitud y caudal de esta Comunidad Autónoma tras el Ebro.
    La ciudad ilustrísima de Nájera debe su nombre a su río "NAJERILLA"
    Perdón

    ResponderEliminar
  3. Hola Nuria, no te preocupes, no es tan grave el error. Cuando vi las fotos; pense que era la ribera del Nilo, con las orillas infestadas de cocodrilos, o el Amazonas abarrotado de pirañas. La geografía no es una ciencia exacta como las matemáticas, depende en gran medida de la configuraación del paisaje.
    "El verso suelto

    ResponderEliminar