sábado, 15 de diciembre de 2012

Rancho

Queridos amigos, bienvenidos a una nueva crónica de la Cuadrilla, hoy les vamos a presentar el rancho, el que nos cenamos el último Viernes Sí, el del pasado 6 de diciembre. Un rancho de urgencia hecho sin leña, pero un rancho al fin y al cabo. Dice la Academia de la Lengua en su acepción número uno que rancho es una "comida que se hace para muchos en común, y que generalmente se reduce a un solo guisado", bueno, pues lo que nosotros hicimos es la acepción número uno de la Academia, la que acabamos de describir.
Sin embargo, acercándonos más a la acepción riojana, y a su particularidad semántica, tendremos que decir que el rancho se basa en un guiso de carne con patatas.


Pero, ¿de dónde viene la palabra rancho? Parece ser que es una voz nacida dentro de la jerga soldadesca y que ya está documentada en el siglo XVI. Nos cuentan los académicos que rancho proviene de rancharse o arrancharse. Efectivamente, rancharse o arrancharse era "domiciliarse en una casa a título de amigo, pero con disgusto de los dueños, y sin mostrar disposición a salir de allí". Del mismo origen viene el verbo francés se ranger, con el sentido de instalarse en un lugar.
De ahí quizá que rancho sea una comida para muchos en común, como ya indica la primera acepción del diccionario de la Academia. Se trata además de un guiso modesto, propio de los que buscones como los que describe nuestra literatura, el Pablos de Quevedo, a quien el licenciado Cabra casi deja morir de inanición; o Lázaro de Tormes, que no tiene problemas para ser un cornudo consentido con tal de esquivar el tormento del hambre y de tener un techo, o sea, un rancho. Es decir, que no tiene inconveniente en que su mujer se lo haga con el arcipreste, si esto le permite arrancharse en una de las propiedades del clérigo y asegurarse así un techo y un plato de comida todos los días.
Dado que viene de la jerga de los soldados, es cierto que el rancho siguió siendo la comida que se ofrecía en los cuarteles hasta hace unas cuantas décadas, pero no sé si en el jerga actual los soldados profesionales le siguen llamando rancho; probablemente no.  
Rancho es una voz que en muchos pueblos de La Rioja sigue estando asociada a ese guiso comunitario y sencillo, con una buena base de patatas y algo de carne, generalmente conejo o cordero. La prueba de su pervivencia está amigos en esta crónica. nosotros, el último Viernes Sí, nos zampamos un rancho.
Le tocaba preparar la cena al Cofrade Juanan, pero el Druida de los Ungüentos, además de Cofrade de los Mil Títulos, dio vuelta por la sartén dando su visto bueno; toda una autoridad.

Y hablando de autoridades, por el Refectorio de la Domus tuvo a bien pasarse el bueno de Zabala, el archiconocido Dueño de la Alquimia Culinaria, que se quedó a cenar con nosotros.

Y tampoco faltaron los productos vegetales que nos da el campo, como la modesta cebolla y el tomate con ajito, como le gusta prepararlo a la Cuadrilla. Todo favorable para que el discurso de los Cofrades se viera severamente afectado por la ya popular halitosis jubilar transitoria.

Menos mal que Zabala nos obsequió con una buena ración de olivas. Unas magníficas olivas  cosechadas a plena luz del día en una rotonda municipal y que fueron aliñadas con la ciencia y el magisterio del Dueño de la Alquimia. Espectaculares, amigos.

El Cofrade Juanan fue el artífice de la cena, el cocinero del rancho que, por cierto, fue aplaudido incluso por el Gran Zabala.

Ahí lo tienen, sí, amigos, si, es el Catecúmeno por antonomasia, el casicofrade Juan, más conocido por  estos pagos cibernéticos como el Verso Suelto, y al que la inminencia de los días de poda está poniendo los nervios en estado de alarma. Parece incluso más sobrio en su conducta, aunque sigue trasegando como siempre. Se habló ya del día de recogida de sarmientos y Juan no podía ocultar su inquietud; un niño en víspera de Reyes no alberga tanta ilusión.  Aquí lo tienen posando con alguno de los postres más populares de la Domus Áurea. Pero, ¿de qué era esa tarta?, ¿de chocolate con plutonio?, ¿de avellanas radioactivas?, da igual, lo importante es que conste su naturaleza industrial, a ser posible con el logotipo de una gran superficie comercial y dentro de un envase de plástico cutre y reciclable en contenedor amarillo (queden así tranquilas nuestras conciencias).

Y así pasamos una velada más, amigos. Después bajamos al Montecarlo a echar un café con el amigo Maya y seguidamente pusimos rumbo al Azalea, donde vimos la noche pasar. Por cierto, hacía tiempo que no la entonábamos y sí, ...

Allons enfants de la Patrie, le jour de gloire est arrivé

Estáis todos bendecidos, caros amigos.

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