domingo, 3 de abril de 2011

Tarteras


Primer viernes de abril para la Cuadrilla Viernes Sí. La noche fue primaveral, pero primaveral de mayo, cálida y propicia para conversar con el porrón en la calle. Esta vez el cofrade encargado de procurar los placeres culinarios fue Paco, rookie del año en la Cuadrilla, un tipo con madera que vino desde Najerilla a poner cordura entre tanto disparate iregüense.
La emoción se produjo nada más entrar en el Sacro Refectorio, cuando los cofrades contemplaron las tarteras bajo el fuego, qué bonitas son las cenas de tartera. Y qué bonita es la palabra tartera, hoy en franco retroceso. Nosotros, la Cuadrilla de los Viernes, queremos reivindicarla, por eso esta crónica lleva el título de Tarteras, en plural, pues hubo dos.


Quién dijo que la cuadratura del círculo era irresoluble, Paco, que para eso es el rookie del año, lo consiguió, observen esta magnífica perspectiva, auténtica lección de geometría, la matemática de los fogones llevada a lo sublime. En el arriesgado plano cenital obtenido por Javi, nuestro reportero gráfico oficial, se aprecia lo que la tartera alberga, que no es otra cosa que cardo rebozado con almejas. Podría extenderme y tratar de explicar inútilmente lo inexplicable, así que amplíen la foto y deléitense con la panorámica. Ah, y procuren no babear.
He aquí una foto que ha de ser vista con la boca (con la boca abierta, digo), y es que López de Calle Fotógrafo, Javi, a veces se gusta con la cámara y eleva una simple instantánea a la categoría de arte. Pone el objetivo donde prácticamente no cabe la cámara. Esta foto está hecha a vista de tenedor, simple y llanamente genial.
Bueno, como ya hemos dicho en la introducción, queridos visitantes, Paco nos sorprendió con dos tarteras. Veamos pues qué se escondía bajo tapa de la segunda.
 
Sí, amigos sí, es exactamente lo que ustedes creen, bacalao a la riojana. Qué se puede decir de estas deliciosas tajaditas, qué decir de las láminas en las que se descomponía el abadejo cuando los cofrades arremetían con el tenedor, qué decir del tomate, qué decir del unte, qué decir de esas copas de vino que facilitaban el paso de los alimentos, deleitaban los paladares y alentaban las conversaciones.

Debe de ser "el don de la ebriedad", la foto sale movida sin intención, y sin embargo expresa como nada el clímax del momento. Es una imagen creada con ruido de fondo, casi se puede escuchar la conversación, el tintineo de los tenedores contra los platos, y ese gozoso col, col, col, col del vino cuando sale de la botella para fecundar las copas. Al otro lado de la puerta está el mundo con todos sus problemas, pero el merendero de la cuadrilla está en Nirvana, estamos en la Gloria Bendita.
Llegó el turno de los postres que, como saben los asiduos de nuestro blog, se basa en vino y algún dulce añadido. Es verdad que suele haber cofrades que se descuidan en esta faceta, y quien escribe es uno, pero Paco, el hombre que vino del Najerilla para aportar un poco de cordura entre tanta insensatez, sí que supo estar a la altura, cerrando una noche gloriosa. Cuando desde la Presidencia se pidió cambio de tercio, Paco presentó un delicioso flan de café que recibió los aplausos de todo el tendido.

Deliciosa es también la foto de López de Calle Fotógrafo. No pierdan detalle de la segunda instantánea, una auténtica batalla de cucharas. Fue visto y no visto, el tiempo que medió entre la primera foto y la segunda es aproximadamente de diez segundos, de hecho, Javi no probó el flan, es lo que tiene ser fotógrafo. En fin, las pirañas del Amazonas no lo hubiesen hecho más rápido.

Después llegaron los consabidos cafés y colonias (gintónix en la jerga de la Cofradía) en el Azalea, como siempre se hizo tarde. Alguno de los cofrades acabó seriamente perjudicado y, como ya saben, se desentonó La Marsellesa. Esto es un desatino, señores. "Allons enfants de la patrie, le jour de gloire est arrivé".
Gracias Paco por esta cena.
Caros amigos, estáis todos bendecidos.

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